El Sistema Coca-Cola acaba de presentar la plataforma «Estemos Abiertos» que busca dar apoyo a los comercios de cercanía, uno de los eslabones de la cadena de valor más afectados por la crisis económica que trajo la pandemia con la entrega de elementos de bioseguridad, acciones comerciales y un programa de ayuda financiera.

Frente a la coyuntura de pandemia y cuarentena, el Sistema Coca-Cola decidió darle forma a esta plataforma regional que, de la mano con asociaciones de almacenes y kiosqueros, busca estimular la reactivación del denominado canal tradicional, que son la fuerza económica de miles de familias y, a la vez, los principales aliados de la Compañía: en la Argentina representan el 90% de sus 264.000 clientes.

“Invertir en el entorno siempre es un buen negocio, porque a nosotros como Compañía nos va bien cuando a la sociedad también le va bien”, sintetizó Mariale Álvarez, directora de Asuntos Públicos, Comunicación y Sustentabilidad de Coca-Cola Argentina.

Y no dudó en definir la nueva iniciativa como una continuidad natural de #JuntosHacemosLaDiferencia, el programa con el que al inicio de la pandemia se apuntó a mitigar el impacto del coronavirus en las zonas más vulnerables del país: “Esta es la fase siguiente, de recuperación: primero atendimos la emergencia y ahora nos preparamos para ponernos de pie”.

«Estemos Abiertos. Juntos Salimos Adelante», que en Argentina se lleva adelante en alianza con Solidagro, consiste en un paquete integral de medidas para kiosqueros y almaceneros de todo el país que incluye la provisión de elementos de bioseguridad y el reabastecimiento de manera gratuita de parte de su stock de productos. Pero el punto más fuerte tiene que ver con el lanzamiento de una línea de microcréditos solidarios que apunta a la reactivación, una forma directa de ayudar a volver a subir las persianas a quienes tuvieron que bajarlas.

Con el aporte de Fundación Coca-Cola, que ofrecerá ayuda a unos 500 dueños de comercios del Conurbano bonaerense, el Gran Córdoba y el Gran Salta y del barrio Mitre de la Ciudad de Buenos Aires, muy cerca de donde está ubicado el edificio corporativo de la Compañía.

Las personas que recibirán la ayuda serán seleccionadas por representantes de Solidagro, los socios embotelladores de cada zona y autoridades municipales, teniendo en cuenta su vulnerabilidad, el riesgo sanitario en el que se encuentran o el impacto que tuvieron en ellos las medidas adoptadas durante la pandemia, entre otros criterios.

La particularidad de esta línea de financiamiento es que no se pretende la devolución en efectivo de la ayuda, sino que la propuesta es que cuando el relajamiento de la cuarentena lo permita y el panorama haya mejorado para los beneficiarios, ellos puedan destinar tiempo de su agenda o productos para colaborar con los comedores barriales de su zona.

“La idea es formar una cadena de favores que se extienda a otros sectores de la comunidad”, describió Cecilia Theulé, Directora Ejecutiva de Solidagro, la organización encargada de implementar la iniciativa. “Queremos que todos puedan sentir que no están solos en esta situación de emergencia, que hay empresas e instituciones que están buscando alternativas para que puedan salir adelante, como emprendedores pero también como personas”, agregó.

Digitalización

El dinero de los microcréditos llegará a los comerciantes a través de la billetera virtual de Wabi, la aplicación que conecta a los consumidores con los kioscos y almacenes de barrio. Se trata de un sistema que no tiene costos administrativos y que les permite a los beneficiarios abrir el juego: una vez acreditados, los fondos pueden ser transferidos a una caja de ahorro o bien dejarlos que permanezcan en la plataforma digital para poder comprar mercadería a través de Wabi2b, que los conecta con los proveedores mayoristas de forma directa. Esto les permite acceder a beneficios y descuentos.

Este método de adjudicación del dinero les propone a los kiosqueros y almaceneros avanzar hacia la digitalización de sus comercios, una tendencia que creció exponencialmente durante la pandemia. Pero también los orienta hacia una estructura más formalizada: para poder acceder a ayuda económica tienen que contar con un número de CUIT, y en caso de querer disponer del dinero en efectivo primero deberán tener una caja de ahorro.

“Estos comercios son actores relevantes para la vida de las comunidades donde operan. Movilizan la economía de su barrio, y eso es algo muy valioso”, puntualizó Mariale. Y concluyó: “En un momento tan difícil como el que estamos atravesando, fortalecer la cadena de valor tiene una implicancia social”.