El jueves 28 de abril alrededor de 700 personas marcharon desde el Museo Sívori (Parque 3 de Febrero) hasta la Plaza de la Shoá (Av. del Libertador y Av. Int. Bullrich) en recuerdo y conmemoración de las 6.000.000 de víctimas del Holocausto-Shoá, por el Día del Holocausto y del Heroísmo (Iom HaShoá Vehagvurá).
“Marchando por sus vidas” fue convocada por el Museo del Holocausto de Buenos Aires, Marcha por la Vida Argentina, Remember Us y la DAIA, quienes desde 2019 realizan esta propuesta en conjunto. En el discurso central, las instituciones organizadoras dijeron: “Hoy marchamos para honrar la memoria de las víctimas y, especialmente, para promover la lucha contra la indiferencia, el antisemitismo y contra cualquier tipo de discriminación”. Aseguraron que “somos la última generación que tiene el privilegio de escuchar a los sobrevivientes de la Shoá” y, a partir de este momento, “somos nosotros quienes llevamos la responsabilidad de transmitir las voces de los sobrevivientes y el legado de continuar con el recuerdo”.
La subsecretaria de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires Pamela Malewicz dijo que “el contexto actual requiere cada vez más, una mayor participación cívica y el rol de la juventud es fundamental para lograr construir una sociedad más plural, más diversa e inclusiva”. Recordó que “tenemos la posibilidad de transformar la realidad, de ser sensibles, comprometernos y estar. Esa es nuestra fortaleza, esa es nuestra capacidad, este acto lo demuestra hoy, acá”.
Por su parte, el secretario general de la DAIA Alejandro Zuchowicki dijo: “No naturalicemos los discursos de odio, ni la discriminación, nosotros en el presente y futuras generaciones, febemos sostener los principios de la democracia y de la igualdad”. También agregó que en este acto “elevamos el valor de la resistencia, para prevenir la indiferencia, el egoísmo y la agresión en cualquiera de sus formas”.
El evento finalizó con las palabras de la sobreviviente Mónica Dawidowicz, quien recordó tras 40 años de trabajo para reconstruir su historia, doy testimonio porque “es la manera de elevar mi voz en nombre de los que no tienen voz porque fueron aniquilados, en nombre de los sobrevivientes cuyos ojos han visto lo inimaginable”, aseguró. Recordó que son “una generación de tetigos que se está extinguiendo, que honraron la vida” y que por ellos “testimoniamos siempre que se nos convoca, abriendo una y otra vez nuestros corazones para preservar la memoria, contar, sensibilizar, no permitir el olvido, la negación, la banalización y la distorsión del Holocausto”, finalizó Dawidowicz.
También participaron Aleksandra Piątkowska (embajadora de Polonia), Adam Levene (jefe del Departamento Político de la Embajada de Israel), Amital Perry (agregada de Diplomacia Pública y Portavoz de la Embajada de Israel), Ralph Horleman (encargado de la Sección Económica de la Embajada de Alemania), Fabiana Mindlin (secretaria ejecutiva y directora del Museo del Holocausto de Buenos Aires), Jonathan Karszenbaum (director del Museo del Holocausto de Buenos Aires), Alejandra Tolcachier (directora de Marcha por la Vida), Michelle Cataife (directora de Remember Us), Ariel Gelblung (director para América Latina del Centro Simon Wiesenthal), Paula Schreier (presidenta de la Fundación Bamá), Karina Korob (directora de Vaad Hajinuj) y Daniel Lew (KKL).
La marcha se realizó en simultáneo con la Marcha por la Vida que se hace en Polonia, en los tres kilómetros que separan a Auschwitz y Birkenau, una respuesta a las marchas forzadas (Marchas de la Muerte) del pasado en las que murieron 300.000 personas de las 700.000 que fueron forzadas a participar.
El evento contó con el apoyo del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, March Of The Living, Diller Teen Fellows, Fundación BAMÁ, AMIA, Vaad Hajinuj y el Centro Simon Wiesenthal.