“Las personas sordas tienen derecho a estudiar y los intérpretes somos sus herramientas de accesibilidad”, aseguró la intérprete en Lengua de Señas, Elizabeth Canteros y coincidió Yamila Sclippa, las dos primeras intérpretes con título en Corrientes, que hace años trabajan en vinculación con la Universidad Nacional del Nordeste.

Las profesionales destacan el valor de ofrecer a estudiantes sordos la posibilidad de contar con esta herramienta para estudiar en la UNNE, y también de brindar cursos para que más personas oyentes puedan aprender la lengua.

Junto a Yamila y otros profesionales trabajan hace varios años como docentes, dictando el curso de “Lengua de Señas” que ofrece el Centro Cultural Universitario (CCU) en Corrientes, o como intérpretes acompañando a estudiantes que cursan distintas carreras en la Universidad del Sol.

“Como siempre decimos, en cuestiones de accesibilidad, somos las únicas herramientas humanas”, agrega la joven y para explicar, señala la diferencia “con las personas ciegas o con distintas discapacidades, donde muchas veces se puede suplir el acceso por medio de herramientas materiales, por ejemplo una rampa, un sensor, materiales en braille. Que no son menos importantes por supuesto, pero que no requieren de una persona para generar la accesibilidad”.

“Es indispensable la presencia de un intérprete o deuna intérprete de Lengua de Señas. En todos los ámbitos debería existir”, coincide Yamila.

 

 

Inclusión de las personas sordas

“Aunque falta mucho, podemos decir que hay un avance positivo con respecto a la LSA”, dijo Sclippa. Su compañera es aún más optimista. “Se avanzó y mucho”, afirma al comparar el nivel de accesibilidad actual al que existía cuando se inició en este ámbito. “Hoy es mucho mayor. Hay muchas más carreras, muchos más intérpretes, muchos más profesionales, más capacitaciones y todo eso permite que muchas más personas sordas puedan hacerse visibles”, señala.

“Cuando uno ve el trabajo del intérprete lo ve señando, que es transmitir a la persona sorda lo que dice un oyente. Pero también el trabajo y el puente va en la otra dirección. Que las personas sordas puedan hablar en su lengua. Que sea el oyente el que tenga que escuchar la voz del intérprete”, agrega la joven intérprete, consciente de que “por supuesto falta, pero vamos bien encaminados”.

 

Ley Federal de Lengua de Señas

Desde la comunidad sorda en general, intérpretes y la Confederación Argentina de Sordos – CAS en particular, se viene reclamando una Ley Federal de Lengua de Señas Argentina, que reconozca oficialmente la LSA como idioma natural de las personas sordas en todo el territorio argentino.

“Lo que se busca con esa ley es básicamente reconocer la lengua. Nos da un marco legal, un soporte, para la comunidad sorda y para nosotros como intérpretes”, explica Canteros y asegura: “no es lo mismo reclamar hoy en día por un intérprete de lengua de señas cuando la misma no tiene reconocimiento legal, a que sea reconocida como tal, y que hay personas de esa comunidad hablantes de esa lengua”.

El proyecto persigue también el objetivo de que se reconozca a la LSA como patrimonio cultural de la comunidad sorda. “Eso le da mucho peso tanto a las demandas de ellos en cuanto al derecho de comunicarse, como al respaldo nuestro como intérpretes”, explica Elizabeth.

En los últimos días, y en ocasión del Día Internacional de las Lenguas de Señas que se conmemoró el pasado 23 de septiembre, se realizó una manifestación frente al Congreso de la Nación. La causa se reivindica en este mes de Septiembre, en el que se conmemoran también en Argentina, el Día Nacional de las personas Sordas (19 de septiembre), el Día Nacional del Intérprete de Señas (cada 13 de septiembre, fecha en que se creó oficialmente el cargo en el ámbito educativo y la Escuela de Comercio Nº16 Gabriela Mistral donde se inició esta tarea, y también el 27 de septiembre en memoria de Rodolfo Molinero, quien se desempeñó como intérprete comunitario en distintas asociaciones de sordos).